La caza de la paloma torcaz con cimbel es una modalidad que requiere unas técnicas y un variado equipo de utensilios que la hacen ser uno de los más bellos artes del mundo de la caza.
El cimbel no es más que el empleo de señuelos de plástico o palomas vivas colocadas en cimbeleras, que imitan el comportamiento de las torcaces en el estado natural, consiguiendo atraerlas confiadas hasta nuestro puesto de tiro.
Todo cimbelero que se aprecie necesita de un equipo necesario para poder practicar esta modalidad de caza, siendo el primero y más importante de ellos "la cimbelera", que no es otra que el mecanismo utilizado al final del cual se coloca una paloma viva adiestrada en una plataforma fija ligada por las patas mediante un anclaje (pihuelas o bragueros), que a su vez es sujeta a un mástil de metal.
Se situarán en la copa de los árboles (encinas y alcornoques principalmente) a unos 20/30 metros de distancia del puesto como máximo o en el suelo junto a los señuelos que tenemos inmóviles.
CLASES DE CIMBELERAS
Antes de comenzar a explicar las clases de cimbeleras más utilizadas por la mayoría de cimbeleros, vamos a hablar de un complemento que nos puede ayudar en la colocación de las mismas, es lo que llamamos "Pértiga".
Para colocar la cimbelera tenemos la opción de subir al árbol y colocarla fija en la parte deseada (recomendado) o utilizar "Las Pértigas" para hacerlo desde el suelo. Así diremos que la pértiga es la unión de varios tramos cuadrados o redondos entre si, fijados por palomitas que aprietan cada tramo con el anterior una vez desplegamos cada uno hasta alcanzar la altura deseada. Cada tramo tiene diferente grosor que van de mayor a menor medida conforme vamos subiendo, colocando la cimbelera en el último tramo.
La mejor medida recomendada de los tramos es de 1,30 metros para mayor comodidad para transportar en el coche y su grosor que comience en 60 mm aminorando en 5 mm cada tramo hasta llegar a encajar la cimbelera.
Otra forma que tienen las pertigas es la que nos llega desde Italia, que consiste en tramos iguales de 1,20 m que son encajados entre sí a presión o por medio de rosca de plástico.
El inconveniente que tienen las pértigas para nuestro parecer es que si no se amarran bien pueden llegar a cimbrear y hacer que la paloma se sienta incomoda, más aún con días de mucho aire, además de que muchas veces no podemos colocarlas donde deseamos porque el árbol es muy espeso y no se puede introducir.
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